25 de diciembre de 2006

Abraham

Aconteció después de estas cosas, que Dios probó a Abraham. Le dijo:

-Abraham.

Este respondió:

-Aquí estoy.

Y Dios le dijo:

-Toma ahora a tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, vete a tierra de Moriah y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

Abraham se levantó muy de mañana, ensilló su asno, tomó consigo a dos de sus siervos y a Isaac, su hijo. Después cortó leña para el holocausto, se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho.

Al tercer día alzó Abraham sus ojos y vio de lejos el lugar.

Entonces dijo Abraham a sus siervos:

-Esperad aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a vosotros.

Tomó Abraham la leña del holocausto y la puso sobre Isaac, su hijo; luego tomó en su mano el fuego y el cuchillo y se fueron los dos juntos.

Después dijo Isaac a Abraham, su padre:

-Padre mío.

Él respondió:

-Aquí estoy, hijo mío.

Isaac le dijo:

-Tenemos el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?

Abraham respondió:

-Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío.

E iban juntos.

Cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, compuso la leña, ató a Isaac, su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña.

Extendió luego Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.

Entonces el ángel de Jehová lo llamó desde el cielo:

-¡Abraham, Abraham!

Él respondió:

-Aquí estoy.

El ángel le dijo:

-No extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada, pues ya sé que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste a tu hijo, tu único hijo.

...

De vuelta a su casa Abraham pensó en lo orgulloso que estaría Dios de él.

Isaac dio gracias por ser ventrílocuo.

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